Este proyecto nace de una inquietud de nuestra fundadora, Francisca Díaz, de ayudar a niñas gravemente vulneradas. Esta motivación nace del ejemplo de su abuela, Carmen Goudie, muy cercana al Padre Alessandri, fundador de María Ayuda, con quienes en ese entonces trabajaban con el objeto de apoyar a niñas que vivían en la calle. Asimismo, su abuelo José Luis del Río Rondanelli, ha sido un modelo de inspiración para toda la familia en torno a la preocupación por los más necesitados. Candelaria era la casa de sus abuelos, quienes le inculcaron los valores y la preocupación por los más necesitados, y desde ahí surge el nombre de esta Fundación.

Con esto en mente, participó por años de una serie de visitas (invitada por la artista Francisca Valenzuela) a una residencia de protección de niñas en Maipú, donde desarrollaba actividades recreativas y culturales los fines de semana y vacaciones.

Una década después, estas niñas ya eran adultas, y nuestra fundadora pudo constatar que muchas egresaban del sistema sin todas las herramientas necesarias para una vida autónoma y autosuficiente. Incluso, muchas de ellas luego formaron sus propias familias, sin embargo no tenían los medios para proteger adecuadamente a sus hijos e hijas, perpetuando así un ciclo de vulneración de derechos.

Dado esto, decide formar una fundación que permita entregar apoyo a los adolescentes y jóvenes que egresan del sistema residencial de protección de derechos, con el objetivo de entregarles las herramientas, capacidades y recursos necesarios para que puedan vivir una vida adulta plena.